Los profesores deben constituirse como
agentes para prevenir, atender y erradicar el bullying en las salas de clases
puesto que este fenómeno crea un clima de temor y desconfianza que impacta
directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Se
debe considerar que la mayoría de los estudiantes que son maltratados por uno
de sus compañeros de curso declaran que, la mayoría de las amenazas se realizan al interior del aula clases.
Entonces, es el escenario privilegiado para muchas formas de agresión.
Actualmente las exigencias que se les hacen a
los docentes son múltiples. No sólo deben estar preocupados de la transferencia
de los conocimientos disciplinarios, sino que además, deben ocuparse de una
serie de temas y desafíos propios de la
época en que vivimos. No obstante,
respecto al fenómeno de bullying,
en especial al que tiene lugar en la sala de clases, es impensable que el docente lo eluda. No sólo porque el
bullying es un fenómeno que nos habla de intolerancia, discriminación, negación
de la diversidad, prejuicios,
estereotipos, o porque está asociado con severos trastornos de salud mental y
física incluyendo depresión, ansiedad,
suicidios y cuadros psicóticos sino que también porque el clima escolar al interior de la sala de clase
se ve categóricamente afectado; abordar el tema es relevante es
aconsejable que los docentes se aboquen a desarrollar en los y las estudiantes,
desde edades tempranas, una serie de competencias sociales y ciudadanas que les
permitan establecer interacciones grupales sanas y responsables que los
dispongan a prevenir el bullying en el
contexto escuela y antes de decidir la estrategia a utilizar, es imprescindible
tomar en cuenta ciertos aspectos, tales como: evaluar detenidamente cada caso;
tomar en consideración las características individuales de los involucrados;
considerar la dinámica del curso; conocer bien el contexto de la escuela.
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